Prólogo a la obra
La idea de compartir piso en general, me provocaba ansiedad y curiosidad a un tiempo debido a lo crítico y extremo de las dos experiencias previas que había vivido, una tan positiva y otra tan negativa. El día que, viendo el gesto de ansiedad de nuestro queridísimo Ñaro, escuché salir por mi boca una propuesta informal de convivencia me sorprendió la facilidad con la que me imaginaba la idea. El Ñaro y la Buchó compartiendo home in Brussels. A Luis creo que le dio un ataque de pánico al plantearse que tal vez a partir de entonces tendría que ver a la Rebe si visitaba al Ñaro, pero como Luis ahora es gondolero, ya no nos preocupa.
La cuestión es que tras varias semanas de angustia y tras aseverar perpetuamente a diestro y siniestro que "Mañana encontramos piso", en efecto calló la breva. A manos de un ex-mosquetero flamenco que nos llamó gitanos frente a nuestra futura landlady y cuya única obsesión era que tenía reservado el piso para una prima de una sobrina de una amiga suya, que deseaba con toda su alma retornar a su patria y poder saludar con la mano desde la ventana a su madre, que reside al otro lado de la plaza.
El caso es que mosqueteperros a parte, Ñaro/Indigo/Ingo/Iñigo y yo nos hicimos una serie de cábalas sobre el dinero con el que contábamos. Cual déspota observadora, mande a nuestro querido Ingo a regatear con la dueña y sacamos, mejor sacó, un trato razonable. Así, nos embarcamos en esta aventura que os relato y que espero os entretenga como nos está entreteniendo a todos en Bruselas.
La cuestión es que tras varias semanas de angustia y tras aseverar perpetuamente a diestro y siniestro que "Mañana encontramos piso", en efecto calló la breva. A manos de un ex-mosquetero flamenco que nos llamó gitanos frente a nuestra futura landlady y cuya única obsesión era que tenía reservado el piso para una prima de una sobrina de una amiga suya, que deseaba con toda su alma retornar a su patria y poder saludar con la mano desde la ventana a su madre, que reside al otro lado de la plaza.
El caso es que mosqueteperros a parte, Ñaro/Indigo/Ingo/Iñigo y yo nos hicimos una serie de cábalas sobre el dinero con el que contábamos. Cual déspota observadora, mande a nuestro querido Ingo a regatear con la dueña y sacamos, mejor sacó, un trato razonable. Así, nos embarcamos en esta aventura que os relato y que espero os entretenga como nos está entreteniendo a todos en Bruselas.
1 Comments:
Pedazo de Loft! Mi casa es tan grande como lo que se ve en la foto.. para que luego te quejes...
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